Bienvenido el Otoño, bienvenido mi ritmo familiar
- Wolf Mother
- 2 sept 2021
- 4 Min. de lectura
Recuerdo cuando era niña el olor a manzana y canela que invadía mi cocina, a mi mamá y a mis tías cocinando atole de mandarina, tamales y galletas. A mi abuela preparando chocolate para acompañarlo con pan de dulce por las tardes, cuando el cielo se pinta de rojos y naranjas. El otoño sin duda es mi época favorita del año, con el cambio de estación puedo sentir en mis huesos el recuerdo latente de mi infancia. Salir al jardín y respirar el aire otoñal es un abrazo al corazón.
El cambio de estación representa un cambio en el ciclo de la naturaleza, su ritmo cambia y con ella, cambiamos nosotros. La Rueda del Año sigue su curso y para nosotros en el Hemisferio Norte, se acerca la celebración del Equinoccio de Otoño, son tiempos para dar gracias por las cosas que tenemos, los dones que hemos recibido y para reflexionar sobre el equilibrio dentro de nuestra propia vida, honrando los dos lados de la moneda, tanto a la luz como a la oscuridad. Tomamos lo que nos sirve y reflexionamos sobre qué nos está faltando o sobrando, agradecemos lo que hay y nos comprometemos con el cambio. Son tiempos de viajar a nuestro interior y agradecer quiénes somos y conectar con nuestra naturaleza salvaje, ya que ahí es donde se encuentra nuestro verdadero ser. Estas fechas son buenos momentos para trazar un ritmo familiar ya que son tiempos de transformación, de agradecer y recordar qué es lo importante. Anteriormente mencioné algunos de los beneficios de trazar un ritmo familiar, sin embargo cabe mencionar que el beneficio es también para nosotras, madres o padres. En mi caso, trazo mil y un ritmos porque no he podido encontrar uno que se nos acomode, aunque hay muchas anclas que son constantes, somos muy cambiantes, entonces procuro llevar de la mano esas transformaciones junto con todos, y a mi en lo personal, me da mucha paz verlo en físico, sea a mano o impreso o al menos en un diario, necesito escribirlo y tenerlo presente. Ojo, no se trata de una rutina, son pautas para que nuestros días fluyan y sean llevaderos, flexibles no rígidos. Eloise Rickman en su libro Extraordinary Parenting da algunas recomendaciones para ayudarnos a armar un ritmo familiar que mejor nos represente como familia:
Identifica tus valores familiares, las cosas que tú y tu pareja creen son importantes en la manera en cómo viven sus vidas, qué les funciona como familia. Respondan:
¿Cuándo se han sentido más felices? ¿Qué estuvo presente en esos momentos?
¿Cuándo se han sentido muy orgullosos de ustedes, como familia?
¿Cuándo se han sentido frustrados? ¿Qué creen que haya hecho falta en ese momento?
¿Cuáles son sus esperanzas para el mundo?
Describe 5 cosas que ustedes crean hacen a una sociedad ser feliz y buena
¿Qué es importante para ustedes cuando están criando a sus hijas e hijos?
¿Hay algo de su propia infancia que les gustaría pasar a sus hijos e hijas?
Si pudieran darle 5 características a sus hijos e hijas cuando sean mayores, cuáles serían?
¿Cómo les gustaría que sus hijos e hijas los describieran cuando sean mayores?
Encuentra palabras o frases que sean recurrentes en tus respuestas, y recuerda que no sólo los valores ayudan a trazar una guía en su ritmo familiar sino también las necesidades que tienen como familia. Identifica estas necesidades, cómo cargas tu batería y la de tus hijos e hijas,
y qué creen que es lo que todos necesitan como familia y como individuos. En el libro, Happy Child, Happy Home, el autor nos recuerda que es importante pensar en momentos del día para inhalar y exhalar, a mi me gusta esta analogía porque pienso el día como un ser vivo con un corazón que late y pulmones que respiran. Entonces, todo el día se divide en momentos para inhalar, como descansar, leer, armar rompecabezas, un rato de película o tal vez algún trabajo manual. Son momentos de interiorizar, de cargar pila. Y lo siguen momentos de exhalación, jugar, correr, hacer ejercicio, salir a caminar, experiencias donde se involucren todos los sentidos, y que requieran nuestra completa exhalación, para que después la siga una inhalación. Y así se lleva un ritmo sano para toda la familia y para los individuos que la constituyen.
Por lo tanto, entrar a una festividad o a un cambio de temporada como lo es el paso del verano al otoño representa un buen momento para platicar todo esto y armar un ritmo que acompañe a la Madre Naturaleza en su transformación. Para mi familia, esta época es muy preciada, llena de muchos ratos de inhalación pues los días se vuelven más cortos ya que el sol se empieza a meter más temprano. El cambio en el clima marca una pauta para sacar las tazas de chocolate caliente y hornear o llegar con el pan dulce por las tardes a casa de la abuela. Son cosas que parecen simples, pero marcan momentos muy importantes en la vida de nuestros hijos e hijas. Al menos en la mía así fue y es algo que quisiera pasarle a mis hijas, como es el caso del famosos popurrí natural otoñal de mi mamá.
Popurrí Natural de Otoño
En una olla poner a hervir:
Manzana roja
Canela en rajas
Rebanadas de naranja
Entre más abundante la cantidad de ingredientes,
más concentrado se siente el olor.
Nosotros lo ponemos a medio día, si el día está frío o nublado,
o después de comer, para ayudar a limpiar la cocina.
Inténtalo y me dices cómo te hizo sentir.




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