
Bien que se padece, mal que se disfruta
“A pesar de que nuestras vidas vagan, nuestros recuerdos permanecen en un solo lugar.”
Marcel Proust
Lo único que tenemos en común es la infancia, aquella que no recordamos del todo, poco a poco se desvanece y se convierte en tan solo un suspiro, se reduce a una caricia, una imagen, un sonido o un gesto que nos evoca aquello que ya olvidamos. Bien que se padece, mal que se disfruta, cuidando cada detalle de la imagen, reconstruye memorias borradas, evoca sentimientos del pasado y posiciona al espectador en un lugar recóndito de su infancia. Con un gesto visual maravilloso, de pronto todos hemos estado
ahí y al mismo tiempo nunca lo hemos hecho. En cada una de estas escenas reconstruidas a través de la mirada de la artista, revive en nuestras mentes una sensación de añoranza, añoramos volver al hogar, el primer abrazo, los cálidos días de verano, la brisa del mar, no
dejamos de soñar con esos tiempos que ya no volverán.
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Enfrento la fotografía digital y análoga y al mismo tiempo las hago converger en esta serie de fotografías. Mi fascinación por el mar y la playa es evidente, no solo tomo en cuenta los elementos naturales de estos, si no que construyo historias tomando en cuenta cada detalle presente.La nostalgia que siento por este lugar y mi deseo constante de volver. No solo muestro un lado sensible con la imagen, sino que busco entregar una experiencia que nace desde nuestro interior, nos recuerda los olores, sabores, colores, y sensaciones que habíamos olvidado estaban ahí.



